Una de las fiestas más tradicionales, dentro del aspecto folklórico y religioso, con las que cuenta Carcaboso, es la fiesta de la Cruz Bendita, celebrada el primer domingo de mayo, coincidiendo con el día de la Madre, aunque su verdadero día sea el 3 de ese mismo mes. Se trata de la segunda fiesta en importancia en la localidad, después de las dedicadas al patrón, San Jovita, éstas últimas en el mes de septiembre.
Hay documentos que indican que desde antiguo se viene celebrando la Cruz Bendita en Carcaboso. Ya el Catastro del Marqués de la Ensenada nos informa de la Existencia de una Cofradía de la Cruz, que poseía 3 cuartillos de olivos de primera calidad en el Egido Patero, sitio de la Cruz de Piedra, y una vaca, así como una carga de dos reales de subsidio.
Por otro lado el Interrogatorio de 1791 nos informa de la existencia en la localidad de la Cofradía de la Vera Cruz, cuyo fin era el de correr con los gastos de entierros de los cofrades que pertenecían a la misma.
Un relato popular que circula por Carcaboso señala el origen de esta fiesta en Casar de Palomero, de donde algunos vecinos la importaron. Dicho relato también lo he recogido en Gata, donde existe la Cofradía de la Vera Cruz e igualmente celebran esta fiesta.
El origen de esta leyenda extendida por el Norte de la provincia podemos situarlo en el apedreamiento y ultraje a la Cruz por parte de los judíos, ocurrido en el Puerto del Gamo de Casar de Palomero. A partir de entonces, 1488, y para exaltar a la Cruz se empezarían a celebrar estos festejos. (1)
La fiesta de la Cruz de Mayo se ha desarrollado de diferentes maneras a lo largo de la historia. Antiguamente consistía sólo en sacar en procesión la Cruz en andas y un ramo con roscas que portaba un sólo mozo del pueblo, a quien le dedicaban la siguiente estrofa:
Hay documentos que indican que desde antiguo se viene celebrando la Cruz Bendita en Carcaboso. Ya el Catastro del Marqués de la Ensenada nos informa de la Existencia de una Cofradía de la Cruz, que poseía 3 cuartillos de olivos de primera calidad en el Egido Patero, sitio de la Cruz de Piedra, y una vaca, así como una carga de dos reales de subsidio.
Por otro lado el Interrogatorio de 1791 nos informa de la existencia en la localidad de la Cofradía de la Vera Cruz, cuyo fin era el de correr con los gastos de entierros de los cofrades que pertenecían a la misma.
Un relato popular que circula por Carcaboso señala el origen de esta fiesta en Casar de Palomero, de donde algunos vecinos la importaron. Dicho relato también lo he recogido en Gata, donde existe la Cofradía de la Vera Cruz e igualmente celebran esta fiesta.
El origen de esta leyenda extendida por el Norte de la provincia podemos situarlo en el apedreamiento y ultraje a la Cruz por parte de los judíos, ocurrido en el Puerto del Gamo de Casar de Palomero. A partir de entonces, 1488, y para exaltar a la Cruz se empezarían a celebrar estos festejos. (1)
La fiesta de la Cruz de Mayo se ha desarrollado de diferentes maneras a lo largo de la historia. Antiguamente consistía sólo en sacar en procesión la Cruz en andas y un ramo con roscas que portaba un sólo mozo del pueblo, a quien le dedicaban la siguiente estrofa:
El mozo que lleva el ramo
es un valiente goloso,
porque se come las roscas
de ese árbol tan hermoso.
es un valiente goloso,
porque se come las roscas
de ese árbol tan hermoso.
Posteriormente también se empezó a llevar el ramo de roscas en andas, portado desde entonces por cuatro mozos a quienes se les dedica la estrofa anterior que aún no se ha perdido.
A excepción de la procesión todo el acto religioso se celebraba en el interior del templo. No fue hasta 1980 cuando salió del templo y empezó a realizarse la fiesta en la Plaza del pueblo.
Desde entonces, a primeras horas del día de la fiesta, con el alba, se comienza a montar el altar y adornar los balcones y terrazas con las mejores colchas, sábanas y otros ajuares semejantes.
Destaca en el altar su Cruz, fabricada en hierro y adornada con flores, con una altura aproximada de 3,5 metros. A los pies del altar se coloca una alfombra de flores con motivos alusivos a la fiesta.
Una vez instalado el altar, los jóvenes se preparan con sus trajes típicos y darán comienzo los actos religiosos.
Todo comienza con una procesión, que saliendo del Templo Parroquial se dirige a la Plaza, para después proseguir por distintas calles del pueblo. La procesión termina en la Plaza donde tendrá lugar el acto religioso de la Santa Misa.
En procesión sale la Santa Cruz, portada por cuatro jóvenes, el ramo de roscas portado por otros cuatro, a los cuales acompañan mozas y mujeres del pueblo, todos ellos convenientemente ataviados para la ocasión, bien con traje típico o mantilla.
A lo largo de la procesión se entonan cantos ancestrales típicos del lugar, que pueden tener un carácter religioso o profano.
Los de carácter religioso se vuelven a repetir en el ofertorio, punto culminante de la Santa Misa. Estos cantos, realizados a dos coros alternativos, son los siguientes:
A excepción de la procesión todo el acto religioso se celebraba en el interior del templo. No fue hasta 1980 cuando salió del templo y empezó a realizarse la fiesta en la Plaza del pueblo.
Desde entonces, a primeras horas del día de la fiesta, con el alba, se comienza a montar el altar y adornar los balcones y terrazas con las mejores colchas, sábanas y otros ajuares semejantes.
Destaca en el altar su Cruz, fabricada en hierro y adornada con flores, con una altura aproximada de 3,5 metros. A los pies del altar se coloca una alfombra de flores con motivos alusivos a la fiesta.
Una vez instalado el altar, los jóvenes se preparan con sus trajes típicos y darán comienzo los actos religiosos.
Todo comienza con una procesión, que saliendo del Templo Parroquial se dirige a la Plaza, para después proseguir por distintas calles del pueblo. La procesión termina en la Plaza donde tendrá lugar el acto religioso de la Santa Misa.
En procesión sale la Santa Cruz, portada por cuatro jóvenes, el ramo de roscas portado por otros cuatro, a los cuales acompañan mozas y mujeres del pueblo, todos ellos convenientemente ataviados para la ocasión, bien con traje típico o mantilla.
A lo largo de la procesión se entonan cantos ancestrales típicos del lugar, que pueden tener un carácter religioso o profano.
Los de carácter religioso se vuelven a repetir en el ofertorio, punto culminante de la Santa Misa. Estos cantos, realizados a dos coros alternativos, son los siguientes:
OFERTORIO DE LA CRUZ
CORO 1
Al entrar en vuestro templo,
Amantísimo Jesús,
devotos nos preparemos
con la señal de la Cruz
Y del Espíritu Santo
que todos tres son un Dios,
Os pedimos Cruz Bendita,
que ayudeis a nuestra voz.
A Constantino le muestran,
una hermosa y bella Cruz,
guarnecida con los Rayos
de la más Brillante Luz.
Mas al ver a los Romanos
vienen a determinar
hacer tres cruces mortales
todas de un tamaño igual.
Eres el precioso Baño
Pilar de eterna Salud
Copa donde se recoge
la Sangre del buen Jesús.
Te pedimos Cruz Bendita
por las almas de los fieles
que están en el purgatorio
que las ampare y consuele.
No pasemos adelante
sin pedir la bendición
a la Virgen del Rosario
Excelsa Madre de Dios (*)
Este ramo os ofrecemos
corta ofrenda es para Dios
pues en ella Cruz Bendita
ponemos el corazón.
OFERTORIO DE LA CRUZ
CORO 2
En el nombre de Dios Padre
que de todos fue creador
en el nombre de Dios Hijo
que a todos nos redimió.
Al piadoso Constantino
y a su madre Santa Elena
tomó Dios por instrumento
de esta milagrosa empresa.
Vos sois soberana Cruz
Divisa del Cristianismo
Defensa de los mortales
y Terror de los abismos.
Cruz Bendita y Soberana
a tu planta hemos llegado
con gran devoción y fe
a ofreceros este ramo.
Y vos Soberana Insignia
del Cielo Llave Esmaltada
purificad nuestros labios
Cruz Bendita y Soberana.
Por todo el mundo resuene
el eco de nuestra voz
publicando las virtudes
que el gran Señor derramó.
Dios te salve Cruz preciosa
Bandera de Nuestro Rey
delicias que te comparan
con las de Jerusalén.
AMBOS COROS
Ahora postrados en Tierra
digamos en alta voz
¡Viva la gran Cruz de Cristo!
¡Viva nuestra Religión!
Terminados los actos religiosos, se procede a la subasta de las ofrendas y a la venta de las rocas bendecidas durante la Santa Misa. Todo termina con un vino de honor ofrecido por los mayordomos de la Santa Cruz.
Costumbre relacionada con esta fiesta, que se iba perdiendo y que se va recuperando, es el lanzamiento de la Maya. Hacia media tarde los jóvenes se dirigen al río, aún ataviados con el traje típico. Las chicas portan un cántaro adornado con flores que una vez situado sobre el puente del Jerte lanzan al río mientras los chicos intentan romperlo apedreándolo antes que éste llegue al agua. Si se consiguen romper algún cántaro se considera señal de boda para la chica portadora del mismo.
1-Puede consultarse este relato en el libro "Leyendas Extremeñas" de José Sendín Blázquez. Ed. Everest. 1987.
2-Dictó las canciones Paqui Palomero.
(*) Esta estrofa, que aún se conserva, tenía sentido dentro del templo parroquial, y se solía cantar a la altura del altar de la Virgen del Rosario. Esta imagen es muy venerada en Carcaboso y el Catastro del Marqués de la Ensenada nos da cuenta, en 1752, de la existencia de una Cofradía de la Virgen del Rosario que gozaba de dos casas en la calle Cantarranas, un huerto en el mismo sitio, 8 vacas de vientres y tres terneras, con unas cargas por diversos gastos que ascendía a 403 reales y 20 maravedíes. También nos informa de la veneración que se tenía a la Virgen de la Encina, que se ha perdido en Carcaboso.
Costumbre relacionada con esta fiesta, que se iba perdiendo y que se va recuperando, es el lanzamiento de la Maya. Hacia media tarde los jóvenes se dirigen al río, aún ataviados con el traje típico. Las chicas portan un cántaro adornado con flores que una vez situado sobre el puente del Jerte lanzan al río mientras los chicos intentan romperlo apedreándolo antes que éste llegue al agua. Si se consiguen romper algún cántaro se considera señal de boda para la chica portadora del mismo.
1-Puede consultarse este relato en el libro "Leyendas Extremeñas" de José Sendín Blázquez. Ed. Everest. 1987.
2-Dictó las canciones Paqui Palomero.
(*) Esta estrofa, que aún se conserva, tenía sentido dentro del templo parroquial, y se solía cantar a la altura del altar de la Virgen del Rosario. Esta imagen es muy venerada en Carcaboso y el Catastro del Marqués de la Ensenada nos da cuenta, en 1752, de la existencia de una Cofradía de la Virgen del Rosario que gozaba de dos casas en la calle Cantarranas, un huerto en el mismo sitio, 8 vacas de vientres y tres terneras, con unas cargas por diversos gastos que ascendía a 403 reales y 20 maravedíes. También nos informa de la veneración que se tenía a la Virgen de la Encina, que se ha perdido en Carcaboso.